miércoles, 29 de octubre de 2014

Fragmentos: Con la vista hacia el cielo (XI)

Yup. Sigo viva (más o menos). Y os traigo un poquito mas de mi novella porque la verdad no sé qué más traeros. Comprenderéis que últimamente no tengo mucho tiempo libre y el hecho de que esté subiendo esta entrada ahora es porque estoy mala (wiii... no ;__;). Así que lo siento por no subir nada el finde pasado, pero os lo compenso ahora <3

Siento que no sea demasiado largo, pero es como la introducción de algunos personajes que faltan y lo que venía a continuación no era tan interesante :S Espero subir algo pronto.

Capítulo 9

Cama deshechaDespués de un par de días, le permitieron levantarse de la cama. Hubo un momento en el que pareció empeorar de la infección. Le subió la fiebre y comenzó a sentirse sumamente débil, sin ganas de comer. Sin embargo, se le pasó más pronto de lo que cualquiera de allí hubiera esperado. Finalmente Ángel convenció a la mujer que lo cuidaba de que estaba perfectamente.
Lo primero que hizo Annie fue presentarle al resto de miembros del clan que no se habían dignado a visitarlo mientras estaba enfermo. Al fin y al cabo, no podía culparlos, pues él tampoco sabía qué habría hecho si se encontrara en su lugar. Posiblemente estaban amargados por tener que esconderse de la sociedad. Al menos David. No tardó en descubrir que fue él quien lo atacó en la montaña.
Luego estaba Beatriz, una joven triste y solitaria que lo contemplaba todo con el ceño fruncido, aunque con una mirada que parecía absorber cada detalle de su entorno. La única interacción que tuvo con él fue una leve inclinación de cabeza a modo de saludo. Aquello lo desconcertó, no por la forma de saludarlo, sino por la expresión de su rostro. Era cansada y sombría, como si ocultara el más oscuro pasado. Le recordaba un tanto a la de Raúl, solo que este lograba interaccionar con el mundo exterior sin sumirse en un profundo trance.
A pesar de todo, era una buena trabajadora. Hacía eficazmente lo que fuera que Raúl le mandara. Nunca protestaba. Ni siquiera preguntaba. Algo que Ángel, por su parte, no podía evitar.
No tardó en exasperar al jefe. Y era incapaz de seguir la órdenes de Marco, que era el segundo al mando. Desde que se había reído de él, le resultaba sencillamente imposible confiar en él. Se mostraba receloso cuando se encontraba alrededor, y defensivo en cuanto le dirigía la palabra. Los demás, especialmente Kioni, insistían en que se relajara, que allí estaría seguro, que serían como una familia. Que no lo traicionarían.

Pero no era tan fácil. Se obligaba a sí mismo a ver a aquella gente como a amigos. El problema era que solo había conocido a gente que lo había mirado de forma rara, como a un pollo que pudiera poner un huevo - o que pudieran degollar - en cualquier momento, incluso algunos clientes del Ojo Negro; o a gente a quien había aprendido a querer y que, finalmente, había tenido que abandonar. ¿Para qué le serviría acomodarse a un nuevo hogar, a unas nuevas costumbres, si iba a tener que dejarlas atrás una vez más?

2 comentarios:

  1. ¡Irene! ¿Estás mala? Lo siento mucho, al final caíste, ¿no? :(
    Bueno, muy interesante el fragmento, menos mal que el pobre chaval no sufre ahora ;)
    ¡Mejórate!
    Un beso :)

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    Respuestas
    1. Gracias y sí, estoy mala, pero no tanto como ayer xD Lo que pasa es que soy muy bruta y cuando tengo un examen es como: "must... go... to school..." (*véase moi con cara de sufrimiento arrastrándose por el suelo moribunda* xD)
      Gracias por el comentario y me alegro de que te alegres de que no sufra :P Un beso <3<3

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